La falta de sistemas de control de accesos pone en riesgo la seguridad de las empresas españolas
En un contexto donde las amenazas a la seguridad, tanto físicas como digitales, crecen de manera constante, sorprende que más del 25% de las empresas españolas aún operen sin un sistema moderno de control de accesos. Esta carencia no solo expone a las organizaciones a riesgos innecesarios, sino que también evidencia una brecha preocupante entre la percepción del peligro y la adopción de medidas efectivas.
La falta de sistemas de control de accesos
La gestión de accesos ya no puede considerarse un tema menor. La entrada y salida de personas en los espacios de trabajo afecta directamente a la seguridad patrimonial, la protección de datos, la integridad física del personal y la continuidad del negocio. Sin embargo, una parte significativa del tejido empresarial sigue funcionando con procedimientos manuales o tecnologías obsoletas, sin aprovechar las soluciones digitales que hoy ofrece el mercado.
La brecha entre conciencia y acción
Pese a que la mayoría de los responsables de recursos humanos, operaciones y TI reconocen la importancia de controlar quién accede a sus instalaciones, existe una distancia notable entre esa conciencia y la puesta en marcha de sistemas eficaces. La realidad es que muchas empresas continúan utilizando llaves físicas, hojas de registro o tarjetas sin control centralizado, lo cual dificulta cualquier trazabilidad ante incidentes.
Esta falta de herramientas adecuadas impide, por ejemplo, saber en tiempo real quién se encuentra dentro de una oficina, qué personas han accedido a áreas restringidas o si se ha producido una entrada fuera de horario. La ausencia de visibilidad y control compromete tanto la seguridad interna como el cumplimiento normativo, especialmente en sectores regulados o con necesidades de auditoría.
Riesgos operativos de no actuar a tiempo
No disponer de un sistema de control de accesos eficaz supone exponerse a múltiples amenazas. Desde intrusiones accidentales o malintencionadas hasta accesos indebidos a zonas críticas, pasando por situaciones de emergencia donde es vital saber quién está dentro del edificio, las consecuencias de no contar con tecnología adecuada pueden ser graves.
En entornos industriales, la falta de control puede dar lugar a accidentes laborales si personas sin formación acceden a zonas peligrosas. En oficinas, puede provocar la filtración de documentos sensibles o la pérdida de equipos tecnológicos. Y en centros educativos o sanitarios, el riesgo se extiende a colectivos vulnerables como menores o pacientes.
Además, sin registros electrónicos confiables, las investigaciones posteriores a cualquier incidente se complican, haciendo difícil identificar responsabilidades o mejorar protocolos preventivos.
La tecnología actual ofrece soluciones accesibles
Afortunadamente, el mercado ha evolucionado y ofrece alternativas adaptadas a empresas de todos los tamaños. Lejos de ser costosas o complejas, las nuevas soluciones se basan en plataformas digitales, modulares y escalables, que permiten a las empresas comenzar con una pequeña inversión y crecer según sus necesidades.
Un ejemplo destacado es idBrain, la nueva controladora de accesos desarrollada por el Grupo SPEC. Este sistema permite gestionar todos los puntos de acceso de una empresa desde un panel centralizado, definiendo reglas según tipo de empleado, turno, ubicación o nivel de seguridad requerido. Además, se puede integrar con otros sistemas como videovigilancia, alarmas o gestión de presencia.
Gracias a esta tecnología, las empresas pueden no solo reforzar su seguridad, sino también automatizar procesos, reducir errores humanos y mejorar la eficiencia operativa.
Recursos Humanos y seguridad: una nueva colaboración
Uno de los cambios más interesantes que trae esta nueva generación de soluciones es su vinculación con el área de Recursos Humanos. Históricamente, la seguridad física ha estado en manos del personal técnico, pero hoy RRHH desempeña un papel fundamental en la configuración de accesos.
Desde la incorporación de un nuevo empleado hasta su desvinculación, pasando por permisos temporales para proveedores o visitas externas, la gestión de accesos se ha convertido en una parte esencial del ciclo de vida del trabajador. Esto permite a las empresas aplicar políticas más precisas, facilitar auditorías y cumplir con normativas de protección de datos y salud laboral.
Además, muchos sistemas modernos permiten vincularse con herramientas HCM o ERP, así como con plataformas de reserva de espacios, escritorios compartidos o control de aforo. Esta integración no solo mejora la seguridad, sino que también optimiza la gestión del espacio y fomenta entornos de trabajo más flexibles y seguros.
Barreras que aún frenan la adopción
Pese a todas estas ventajas, siguen existiendo obstáculos que impiden una adopción más amplia de estas tecnologías. Uno de ellos es la percepción de que son soluciones costosas o difíciles de implementar, una idea especialmente extendida entre las pymes. Sin embargo, el desarrollo de modelos en la nube y de pago por uso ha democratizado el acceso a estas herramientas.
Otra barrera es el desconocimiento. Muchas organizaciones no saben que estas soluciones existen, o desconocen su impacto real en términos de retorno de inversión. La falta de formación y la ausencia de una cultura de seguridad impiden que las decisiones se tomen desde una visión estratégica.
Además, no siempre hay una buena coordinación entre las áreas implicadas. En algunas empresas, la seguridad física depende de un proveedor externo, mientras que TI y RRHH operan con sistemas desconectados. Esta fragmentación dificulta la implementación de políticas unificadas y reduce la eficacia de las medidas adoptadas.
Un enfoque integral para una seguridad real
La tendencia en materia de seguridad empresarial apunta hacia modelos integrales. Esto implica combinar seguridad física, protección de datos, prevención de riesgos laborales y resiliencia operativa en una única estrategia. En este marco, el control de accesos es el primer eslabón de la cadena, pero no el único.
Al integrar estas herramientas con sistemas de videovigilancia inteligente, alarmas automatizadas, análisis de comportamiento y ciberseguridad, las empresas obtienen una visión completa y pueden reaccionar de forma rápida y coordinada ante cualquier amenaza. Además, refuerzan su imagen frente a clientes, empleados e inversores, mostrando un compromiso claro con la protección y la responsabilidad.